Este control debe ser siempre inicial, apelando al uso de agroquímicos como ultima solución, y teniendo en cuenta que la aparición de malezas coincide con el periodo de transición que atraviesa el césped entre dos estaciones de crecimiento. Si la gramínea elegida es manejada de la forma adecuada es totalmente competitiva con la maleza.
1. Corte
Es uno de los puntos más importantes para este control. Pocas especies se adaptan a las continuas desfoliaciones producidas por el corte. Lo que se debe evitar es un corte demasiado bajo, ya que el césped se vuelve menos competitivo.
2. Fertilización
Se debe tener en cuenta de fertilizar con lo indicado, en el momento indicado, a favor del césped y en contra de las malezas. Por ejemplo, en el momento de la implantación se colocan fertilizantes ricos en fósforo (de arranque) ya que estos benefician el desarrollo de las raíces, pero cuando las especies están maduras y tienen un buen desarrollo de su sistema radical incorporar este nutriente ayudaría a las malezas que crecen de semillas.
3. Riego
El riego apropiado y su frecuencia, también son un medio de control. La frecuencia debe reducirse cuando las especies hayan desarrollado un profundo sistema radical.
4. Calidad de la Semilla
Las mezclas de mala calidad pueden estar contaminadas con semillas no deseas (baja pureza). Es fundamental que la semilla sea comprada en un lugar especializado y de confianza.
5. Tierra
La tierra que se use como relleno, al preparar el terreno, es necesario retirar tierra de mala calidad y completar con otra de mejor, en estos casos es imprescindible que sea controlada la calidad y procedencia de la misma, ya que puede venir contaminada con malezas. Por esta razón se recomienda que al rellenar el terreno, antes de sembrar, regar muy bien y esperar unos días para comprobar que no emerge ninguna maleza, así evitar un problema peor cuando ya se haya sembrado el césped.